Cualquier día del año hay que vivirlo al máximo con los hijos, no hay que esperar a que llegue la Navidad para darnos cuenta de que eso debemos hacerlo siempre (siempre que se pueda).
Sin embargo sí es cierto que estas fechas invitan a hacer un sinfín de cosas, desde decorar el árbol o colocar el Portal de Belén, acercarnos a la tienda juguetes para que ellos vean lo que realmente van a pedir en sus cartas, cantar villancicos, preparar la mesa para las cenas, salir a pasear y contagiarse del espíritu Navideño, ver las luces de la ciudad… y todas esas cosas que a los niños les ilusionan en Navidad.
Aprovechando ese estado eufórico de los niños, los padres pueden aprovechar para enseñarles una hermosa lección, la de ser solidarios. Hay que hacerles entender que en el mundo hay muchos y que no todos van a poder recibir su regalo de Navidad. Donar los juguetes viejos o que ya no usen será un bonito gesto que hará feliz a otros niños con menos suerte. Además, si se conciencian de ello terminarán por sentirse bien por haber realizado un buen acto, lo que aumentará más su ilusión en estos días.
También hay que ser conscientes de la situación de cada hogar, no siempre los padres pueden comprar los 10 regalos que su hijo pidió en la carta, además, realmente ellos no lo necesitan, a veces el regalo más simple y barato es el que ellos más van a valorar y al que mayor partido le van a sacar. Por tanto, antes de que se aproximen los días claves, hay que hacerles ver que deben pedir con moderación, y que la Navidad es mucho más que los regalos que van a dejar Papá Noel o los Reyes Magos. Seguro que los 9 juguetes que van a faltar de su lista los padres los pueden sustituir por amor y por ratos mágicos.
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