El juego es una parte importantísima en el crecimiento de los niños. Los especialistas nos dicen que el juego es un indicador de la salud del niño, y por tanto se pone rápidamente a la cola de otras acciones como pueden ser dormir o comer.
Para jugar los peques deben tener una actitud activa, de manera que si un niño está jugando nos dice mucho de cómo se encuentra, ya que si está enfermo o triste adoptará una actitud pasiva. Por tanto si un niño come y duerme bien y además lo complementa con el juego, los padres podrán estar tranquilos porque todo eso es señal de que el niño está sano.
Cuando un niño juega ejercita su cuerpo, pero también estimula la inteligencia. Es habitual que, cuando dejamos a los niños jugando en una habitación, si pegamos la oreja a la puerta, les escuchemos hablar mientras se crean su propia historia.
Los padres también pueden aportar mucho a los juegos de los niños, además, a través del juego, los más peques podrán aprender miles de cosas, desde los colores cuando son pequeñitos hasta a deletrear palabras en el caso de los mayores.
El libro del doctor Eduard Estivill y Yolanda Sanz de Tejada titulado ¡A jugar!, es una pequeña guía que los padres podrán consultar para sacar ideas de juegos. Pero este libro, además tiene un doble propósito que será inculcar también buenos hábitos como por ejemplo a la hora de comer, en el momento de su higiene, etcétera.
¡A jugar! propondrá juegos en los que los padres también participarán, y es que, si el juego es importante para los niños, también es importante que papá y mamá los compartan con ellos (con esto no queremos decir que siempre tengamos que estar encima de ellos a la hora de jugar, ya que también es importante que ellos jueguen solos). Los juegos que se proponen en ¡A jugar! además de divertirles reforzarán su autoestima, aumentarán la creatividad, les hará sentirse útiles, y potenciarán su concentración.