“Me lo pido”. Como cada mes de diciembre, éstas tres palabras son las que más se escuchan en nuestros hogares. Sin embargo, debido a la crisis económica, este año los Reyes Magos serán más austeros y el día seis de enero muchos niños recibirán menos regalos que años atrás. Para abordar esta complicada situación, lo mejor es que padres y niños se sienten y escriban juntos la carta a los Reyes Magos. De esta forma, los mayores pueden enseñar a los pequeños el valor de la responsabilidad, animándolos a que elijan, de entre todos los juguetes, el que más les guste. La idea es que los pequeños decidan con claridad y escojan solamente un juego.
Pero no menos importante es la actitud que deben tener los padres. Es fundamental no engañar a los niños así como no elevar infundadamente el nivel de sus expectativas por que, si no, el día de la entrega de regalos, los peques se sentirán decepcionados al no recibir lo que esperaban y los padres culpables por no cumplir sus deseos.
Una idea práctica para evitar el aluvión de juguetes, es que los padres ejerzamos de organizadores de los regalos de los abuelos y demás familiares. Así el niño recibirá un número concreto de regalos distintos, a ser posible no más de cinco, y adecuados a su edad.
En el caso de que alguien quiera regalar a nuestro hijo un juguete que a los padres no nos parezca adecuado, debemos ser claros y no permitir que dicho juego entre en la casa, a pesar de los posibles disgustos. Es difícil, pero si no lo hacemos perderemos toda la credibilidad y autoridad ante los pequeños. Lo mejor será cambiar dicho regalo por otro.
Si el niño se encapricha de juguetes que no corresponden a su edad hemos de conseguir que acepte un ‘no’ por respuesta. Lo peor que podemos hacer es negarle el juguete directamente, ya que puede idealizarlo y se nos hará prácticamente imposible hacerle cambiar de opinión. Si, por el contrario, permitimos que lo vea, lo toque y juegue con él antes de realizar la compra, descubriremos si de verdad le gusta o solamente llama su atención.
Lo ideal es acudir con nuestros pequeños a las jugueterías y ludotecas antes de la noche de Reyes o Papá Noel, para que puedan ver y tocar los juguetes deseados. Es más, así les podremos explicar las desventajas de algún que otro artículo y proponerle alternativas más interesantes, aunque no aparezcan en los catálogos ni en la televisión.
Imagen: blogspot
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