Si observamos que nuestro hijo, de unos tres años de edad, cuando camina dirige la pierna y el pie derecho (o izquierdo) hacia dentro y, tras acudir al pediatra, éste nos indica que no nos preocupemos pues con la edad el problema se corregirá… ¿Esto es así? ¿Debemos realizar alguna prueba? ¿Necesita nuestro peque platillas o zapato especiales?
La rotación medial interna de la pierna (tibia) es frecuente, sobre todo, cuando va asociada a la rotación interna del pie. Por ello, puede ser considerada normal dentro del desarrollo infantil, cuando el pediatra observa que se encuentra entre las desviaciones posibles con respecto a la media.
Para localizar el problema, lo único que está indicado (que ya lo habrá hecho su pediatra) es una buena exploración física: observar al niño caminar y evaluar el ángulo de progresión del pie. El estudio radiológico no es necesario.
Normalmente, la rotación interna de la tibia y del pie mejoran con la edad y de forma espontánea y, en general, se corrigen significativamente hacia los ocho años. Los niños no necesitan zapatos especiales ni plantillas, ya que la evidencia demuestra que no modifica la evolución natural de la rotación (que es de buen pronóstico). Tampoco se tienen que utilizar otras modalidades de tratamiento con yesos o férulas, que no proporcionan beneficios.
Por tanto, desde Bebé Feliz os aconsejamos que estéis tranquilos, ya que esto tiene una buena evolución.
Imagen: twinpossible