El paseo también será positivo para ti, ya que te servirá para relajarte y mejorar la circulación de tus piernas.
Así que anímate, equípate con todo lo que puedas necesitar (pañales de recambio, alimentos y agua, toallitas, el chupete, algún juguete) y disfrutad de este momento tan especial.
Hasta que el bebé aprenda a andar, su compañero habitual de paseo será el cochecito. Éste le permitirá explorar el mundo, desde una posición de confort y comodidad. Cuando el bebé esté cansado, podrá descansar o incluso dormirse en él.
Ante todo debe ser un modelo seguro, estable y confortable. El pequeño debe ir bien sujeto, sobre todo cuando ya es un poco más mayor y se mueve mucho e incluso se impulsa para bajarse del asiento.
Un accesorio muy importante del cochecito o la sillita durante el invierno es el plástico protector, que le aíslará del frío y de la lluvia. En verano, incropórale una sombrilla.
Os dejamos una serie de consejos para que el paseo sea de lo más placentero:
- Procura pasear por parques o entornos sin demasiado tráfico y contaminación, que os aporten aire puro.
- En otoño e invierno opta por salir a pasear al mediodía, horas en las que las temperaturas son más templadas.
- Viste al niño según las temperaturas, pero de manera que alguna parte del cuerpo pueda estar expuesta al sol (cuando lo haga).
- Ponle un factor de protección de acuerdo a la estación del año porque los rayos solares no son siempre tan perpendiculares como en verano.
- Conviene dar un mínimo de un paseo al día de una hora de duración aproximadamente, aunque si las temperaturas son muy bajas, con 30 minutos bastará.
- Para disfrutar al máximo, procura que el niño salga comido y con el pañal cambiado.
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