La nieve es un reclamo de primer orden para los pequeños de la casa. Les encanta jugar con ella, lanzarse bolas, deslizarse con un trineo o hacer un muñeco de nieve.
También puede ser que nos animemos a ir a una estación de esquí con nuestros hijos, donde podrán disfrutar practicando algún deporte de invierno.
En cualquiera de los casos, siempre que vayamos a exponernos a un entorno en el que haya nieve, habrá que tener en cuenta una serie de recomendaciones omo la importancia de una buena protección solar.
Cada vez estamos más concienciados de que en verano hay que proteger a los niños del sol, pero, ¿y en invierno? Pues también, porque no hay que confiarse ni siquiera con los días nublados. De hecho, los rayos UVA y UVB atraviesan las nubes, e inciden en la piel de nuestros pequeños, que es más sensible que la de los adultos.
En el caso concreto de la nieve, hay que tener en cuenta que, cuando nos desplazamos a este tipo de entornos, solemos acceder a altitudes más elevadas, lo que hace que la intensidad de los rayos solares sea mayor. A esto se suma que en la nieve se refleja hasta el 85% de los mismos.
Por eso es fundamental proteger bien a los niños. En ese sentido, por un lado, debemos elegir productos fotoprotectores con filtros solares más potentes y, como en la nieve los niños irán más abrigados (con mucha ropa), habrá que incidir más en las zonas del cuerpo más expuestas: el rostro y las manos. Dentro del rostro, los labios son muy delicados y tenemos que usar barras labiales adecuadas.
Imagen: blog.vail
¡A la nieve que nos vamos! II