Los tiempos están cambiando, las parejas de hoy día, muestran su poca receptividad hacia la religión al convivir en pareja sin estar casadas. Del mismo modo, esta tendencia se muestra en el hecho de que cada vez son más los padres que deciden no bautizar a su niño por el método religioso y optan por el acogimiento civil. De hecho, en muchos casos en los que los padres sí bautizan al niño, eligen esta opción más por no dar disgusto a los abuelos del bebé que son conservadores. En algunos casos, por supuesto, el bautizo también se evita para ahorrar gastos innecesarios.
Sin embargo, conviene ser realista porque a pesar de esta nueva tendencia, el bautizo sigue siendo muy importante para las familias que han sido educadas en la religión católica y quieren dar a sus hijos la misma formación. El bautizo tiene un alto significado a nivel emocional para quienes creen en Dios y quieren educar a sus hijos en el camino de la fe.
Por ello, la elección de los padrinos no es un tema trivial, sino que es fundamental pensar en dos personas que también sean coherentes con la fe católica, personas que tengan un nexo de unión muy cercano con la familia para que el contacto con el niño sea muy regular.
En el bautizo, lo de menos es el acto social y lo más importante, es la parte espiritual. Sin embargo, en una sociedad marcada por una clara tendencia consumista es habitual que las personas piensen más en aspectos superficiales que en temas profundos del bautismo.
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Imagen: MED Ciencia