Tu hijo tiene que pasar por un proceso, más o menos extendido en el tiempo según los casos, en el que se convierte de niño a adulto. En esta fase, es típico que vaya mostrando deseos de vivir intensamente y de probarlo todo y suele estar presente una firme oposición al mando de los adultos.
Una de las pautas educativas fundamentales en estos momentos es otorgarle independencia. Buscando el equilibrio entre el paternalismo y la permisividad total, los padres deben acompañar a su hijo en el camino, permitiendo que tenga sus propias experiencias y que tome sus propias decisiones, aunque se equivoque.
Sobre todo en la adolescencia, el niño se desvive por vivir con independencia y los padres han de ayudarle a sentirse seguro de sí mismo. La independencia y la individualidad de los padres facilita que los adolescentes los encuentren cuando realmente los necesiten.
Aunque, por supuesto, esto no significa que no existan unas normas y unos valores firmes y bien definidos, como hasta ahora los ha habido. Es decir, hay que respetar los deseos y actitudes de los hijos, pero mostrando firmeza para no consentir los comportamientos inapropiados.
Aunque vuestro hijo quiera aparentar que es mayor, que se vale por sí solo y que él puede con todo, evidentemente todavía os necesita mucho. De hecho, puede que os necesite más que nunca… Esta etapa es esencial a la hora de forjar la personalidad.
En esta transición puede mostrarse más reservado en lo que respecta a sus sentimientos y, a veces, puede reaccionar de forma aniñada. Él mismo se encuentra en la contradicción que supone ser aún un niño e intentar ser un adulto.
Por tanto, es esencial que los padres estéis continuamente a su lado, día a día, y que los animéis a hablar con vosotros y a contaos lo que le preocupa (sin agobiarle). Además, aunque él no os lo pida, seguro que os agradece que le sigáis prodigando cuidados y demostrándole vuestro cariño, con gestos afectivos como los besos y los abrazos.
Por otra parte, ya que la pubertad suele relacionarse con la puesta en marcha del interés sexual (y los niños ya están preparados para procrear), es fundamental estar atentos para hablar con nuestro hijo de este tema cuando lo necesite y resolver todas las dudas que le puedan surgir.
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