Otra de técnica utilizada cuando la pareja no puede tener hijos sin ayuda profesional es la microinyección intracitoplasmática (ICSI).
Este proceso se realiza especialmente en aquellos casos en los casos en los que se da factor masculino grave (como por ejemplo en casos de semen con oligoterazoospermia o con problemas en su morfología). Es sabido por todos que la calidad del espermatozoide es algo importantísimo a la hora de la fecundación, por ello esta técnica en determinados casos es tan utilizada.
La microinyección intracitoplasmática consiste en la introducción de manera mecánica de un espermatozoide dentro de un ovocito. Ese espermatozoide previamente se habrá seleccionado teniendo en cuenta la morfología, intentando siempre utilizar aquel que tenga la mejor “calidad” posible… cuanto mejor sea el seleccionado, mayores probabilidades habrá de que el embarazo llegue a término. La forma de proceder en estos casos resulta muy similar a la fecundación in vitro, la diferencia es que en este caso el ovocito que se va a utilizar se habrá liberado previamente de las células que había a su alrededor.
Una vez el ovocito está preparado se procederá a inyectar dentro de él el espermatozoide que se ha elegido, utilizando para ello una micropipeta. Después de esto se introducirá en una incubadora y habrá que esperar para ver si el proceso resulta satisfactorio. Si es así, en las primeras 24 horas se producirá una división embrionaria en dos células y después en cuatro.
Ahora sí, si los resultados son los esperados, se procederá de la misma manera que se haría con la fecundación in vitro.
Se considera que alrededor del 70% (aproximadamente) de los ovocitos se fecundan de manera satisfactoria.
Imagen: godoyry.