La hora del baño suele ser uno de los momentos más divertidos del día, ya que, por lo general, a los niños les encanta jugar en el agua. Pero para disfrutar al máximo de esto, hay que hacerlo de forma segura: es fundamental que nunca dejes sin vigilancia a tu hijo mientras está dentro de la bañera, ya que pueden escurrirse o resbalar, tragar agua o dejar abierto algún grifo.
También debemos extremar la precaución cuando lo cambiemos de ropa o de pañal. Una de las caídas más frecuentes es la que se produce desde el cambiador, el sofá o la cama a partir de los cinco meses, que es cuando los bebés aprenden a darse la vuelta por sí solos desde la posición de boca arriba.
Por otra parte, y al igual que sucede con los productos de limpieza, si sueles guardar en el baño los medicamentos, ponlos dentro de un botiquín que esté cerrado con llave o bien que tenga un bloqueo de seguridad a prueba de niños. Otra opción es ubicar los fármacos en un lugar que esté lo más lejos posible de su alcance (por ejemplo, en estantes altos a los que no pueda acceder).
Como dato específico os diré que el 90% de las lesiones de los niños están provocadas por traumatismos, mientras que el porcentaje de intoxicaciones oscila entre el 2 y el 4 por ciento, y el de quemaduras es de un 2%.
Imagen: preschooler
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