Si vives en una casa con terraza o jardín, lo primero que debes tener en cuenta es que tu hijo no salga nunca solo a ninguno de estos dos lugares. Los niños, por lo general, ven casi todo como una aventura, para ellos adentrarse en estas zonas (sobre todo en el jardín) consiste en explorar lugares desconocidos y apasionantes plagados de cosas que les llaman mucho la atención.
Los principales riesgos en la terraza suelen ser los balcones y los barrotes porque, tal y como ven que hacen los adultos, los pequeños quieren mirar hacia abajo para observar lo que hay y es frecuente que metan la cabecita entre ellos para asomarse. Las medidas de prevención más útiles en estos casos son evitar que haya cerca del balcón objetos a los que puedan subirse y utilizar unos protectores para barrotes que encontraréis en cualquier tienda especializada en mobiliario de exteriores.
También las plantas suponen un riesgo potencial para la salud de tu hijo, ya que es normal que intente llevárselas a la boca. Por tanto, vigila que no lo haga ni con la tierra ni con las hojas, ya que pueden resultar tóxicas (algunas tan comunes como la azalea, la flor de pascua o la hiedra son venenosas).
Por último, si tienes animales domésticos, como perros o gatos, debes extremar las precauciones para que no arañen o muerdan al pequeño y observar que puede estar en contacto con ellos sin que esto le produzca alergias o, incluso, asma.
Sin embargo, y a pesar de la importancia que tiene la prevención, no podemos tener a los niños en una burbuja, hay que dejarles que descubran el mundo que les rodea, pero intentando, como padres, buscar un equilibrio entre la protección de nuestros pequeños y la libertad de sus movimientos.
Imagen: dogsww
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