La vitrificación de óvulos es una técnica que consiste en bajar la temperatura del ovocito de forma extremadamente rápida. Para que nos hagamos una ligera idea de cómo sería, tenemos que pensar que el ovocito estaría de entrada a una temperatura de unos 22 ºC y pasaría después del proceso a alcanzar los -190 ºC aproximadamente, y todo de manera casi instantánea, lo que evitaría la formación de cristales de hielo dentro de las células (algo que ocurría frecuentemente cuando se congelaban más despacio).
Antes de llevar el ovocito a esas temperaturas tan extremas, se preparará para ello con un crioprotector para evitar que se produzcan en él posibles daños durante el proceso.
Pero hay que tener en cuenta que, para llegar a ese punto, la mujer tendrá que someterse a un tratamiento de estimulación hormonal, y después a la extracción de los óvulos. A continuación ya sí se procedería a la vitrificación de óvulos, los cuales se conservarían en nitrógeno líquido hasta que se el paciente eligiera el momento de la implantación (para ello, se deberá preparar anteriormente el endometrio de la mujer).
Esta opción está especialmente pensada para mujeres que tienen que someterse por alguna razón a quimioterapia o radioterapia. De esta forma, cuando concluyan ese tratamiento, podrían después proceder con esa implantación. Otros casos pueden: mujeres solteras que deseen aprovechar su etapa más fértil, o el caso de parejas que por el momento no puedan plantearse tener hijos, pero que sí se lo plantean a largo plazo.
Hay que resaltar que, con esta técnica se consiguen unos altos porcentajes de éxito, por lo que muchos especialistas la consideran la ideal para muchos casos.
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