Lengua muy grande o macroglosia
En la mayoría de los casos no se asocia a nada, pero en otros sí que hay que descartar la presencia, por ejemplo, de un Síndrome de Pierre-Robín en el que, además de la macroglosia, el recién nacido presenta una micrognatia o mandíbula inferior retraída y una fisura de paladar. La presencia, sobre todo de esta última, confirmará el diagnóstico.
Por otro lado, si la macroglosia se asocia con flacidez o hipotonía, cara con rasgos toscos, hernia umbilical y fontanela posterior de mayor tamaño, los médicos tendrán que orientar su estudio a un posible hipotiroidismo congénito, aunque, gracias a las pruebas de prevención de minusvalías que se realizan a los recién nacidos, este diagnóstico se puede descartar o tratar precozmente.
Perlas de Epstein
Son unas lesiones blanquecinas en forma de pápula que aparecen en el suelo del paladar y que no tienen ningún significado patológico, son quistes epiteliales llenos de queratina, también llamados milium, y que pueden aparecer en cualquier parte de la cara, además del paladar, como pequeños quistecitos múltiples del tamaño de una cabeza de alfiler.
Mucoceles o quistes de retención
Las glándulas salivares, en ocasiones, se pueden alterar y albergar en su interior material mucoide que origina los llamados mucoceles o quistes de retención.
Son quistes indoloros y en muchos casos están ocasionados por un traumatismo en la boca secundario a una intubación en el paritorio. En principio se deja evolucionar y no se aplica ningún tipo de tratamiento al desaparecer de forma espontánea.
Si el quiste se localiza en el suelo de la boca, se denomina ránula y si su tamaño es grande deberán extirparlo, ya que su presencia puede impedir una correcta alimentación.
Imagen: media.uccdn
Afecciones bucales en los bebés I – Afecciones bucales en los bebés III