Existen dos técnicas con las que lograrás extraer la leche para dársela a tu bebé:
Manual: es un método sencillo que se basa en una serie de masajes y movimientos rotatorios y rítmicos, pero que requiere práctica.
La técnica de Marmet es la más utilizada, y para realizarla se debe colocar el pulgar y los dedos índice y medio a una distancia de tres o cuatro centímetros del pezón (no del borde de la areola, cuyo tamaño varía según cada mujer), de manera que formen una letra “C”. Luego, empuja los dedos hacia tus costillas y aprieta tus dedos pulgar, índice y medio hacia el pezón (si tu seno es muy grande, levántalo un poco antes de presionar hacia las costillas). Deposita la leche extraída en un recipiente esterilizado de boca ancha.
Repite el procedimiento rítmicamente para vaciar completamente los depósitos de leche. Una vez que no salga más leche, cambia la posición de tu mano girándola un poco y repite el mismo procedimiento.
Con sacaleches: los hay manuales y eléctricos (o a pilas), pero ambos lo que hacen es simular la succión del pezón, depositando la leche en un recipiente.
En los sacaleches manuales, la fuerza de succión se logra apretando con la mano, bombeando; mientras que en los sacaleches eléctricos, la presión la ejerce el propio aparato.
Los mejores sacaleches manuales son aquellos que imitan el efecto de la jeringa, o bien los que pueden utilizarse con una sola mano.
Entre los eléctricos, los hay de extracción sencilla (un pecho cada vez) y doble (los dos pechos al mismo tiempo). Escoge el tipo de extractor que mejor te venga, aunque también puedes combinar ambos, según tus necesidades.
Imagen: consultalactancia