Papá y mamá acaban de tener un bebé totalmente dependiente de ellos. Pasan los meses, y para ese bebé los padres se han convertido en todo lo que ellos pueden necesitar, lo miman, le dan de comer, le limpian el pañal, le cuidan cuando está enfermo.
Durante unos años, los padres serán el centro y el pilar de ese bebé, pero es inevitable que llegue el momento en el que ellos comiencen a sentir curiosidad por explorar más allá, y las nuevas tecnologías les darán pie a ello.
Los padres no pueden quedarse ajenos a esto, y se hace imprescindible su implicación. Las tablets, ordenadores, los teléfonos móviles, etc., deben ser “estudiados” antes de ofrecérselos al niño. Igual que nos estudiamos las instrucciones de un juego de mesa, ¿por qué no hacerlo con estos aparatos?
Algunos padres dirán, no sin razón, que no hace falta, que los niños de hoy nacen sabiendo utilizarlos. Esto es cierto, es cuestión de un rato que, después de poner una Tablet en las manos de un niño, él ya sea capaz de controlar un sinfín de opciones y aplicaciones. Pero, no se trata de aprender a manejarlo, que también es importante, sino de saber qué pueden hacer con uno de estos aparatos.
El hecho de acceder a Internet, y por consiguiente a todo tipo de contenidos, redes sociales, chats, etcétera, no debe asustar, pero sí es cierto que hay poner medidas y límites, para evitar males mayores.
Por supuesto habrá padres que lo tengan todo controlado, pero no es cuestión de tenerlo hoy bajo control, sino de estar constantemente reciclándose para estar siempre a la última y saber, qué hacen los hijos, qué herramientas utilizan, y cómo las utilizan.
Imagen: bruno.padilha.