Es cierto que cuando nos hacemos esta pregunta, ¿adoptar o parir?, es porque realmente tenemos la posibilidad de elegir por qué camino tirar a la hora de ser mamás y papás. Dejamos de lado entonces la cuestión que afecta a otros individuos y parejas que sólo disponen, como única vía para tener hijos el iniciar un proceso de adopción.
Por supuesto que el proceso de fecundación y gestación puede resultar uno de los más maravillosos de la vida de un ser humano. No obstante, resulta importante saber que, a la hora de que un impulso meramente biológico nos empuje al embarazo como única manera de ser papas, es el instinto el único factor que está determinando la decisión.
El deseo del ser humano de tener un hijo nada o poco tendría que ver con el deseo de que sea ‘nuestro’, biológicamente hablando. De hecho, los estudios científicos y biológicos ya aclaran que ese fuerte impulso está determinado por la necesidad, como cualquier otro animal, de perpetuar nuestros genes y nuestra propia especie.
Lejos de esta cuestión, ser padres adoptivos, excepto en el hecho de ‘vivir’ el tiempo de gestación y parto, en nada tiene que envidiar a la maternidad-paternidad biológica. Eso sí, no olviden nunca, quienes de verdad quieren ofrecer a un hijo todo el amor del mundo, la cantidad de niños que, por desgracia, no tienen familia y encontrarían en la familia de adopción unos padres para toda la vida.
Imagen: Guillo