Continuamos hablando de la importante que es para el bebé, la figura principal de apego en el momento de ir a la guardería (o al colegio los que van directamente).
Decíamos que para el niño, en un principio ya que luego se terminarán adaptando, es un trauma, y que lo va a demostrar con llantos y pataletas. Las formas de llevar lo mejor posible esos primeros días, dependerá de cada uno.
– Unos están más de acuerdo con la fórmula de dejar directamente a los niños sin darle mayores vueltas. Eso sí, siempre despidiéndose de ellos, explicándoles que después van a volver, y no, escabulléndose en cuanto notan que el niño se ha despistado.
– Otros prefieren la opción de hacerlo paulatinamente. Dejando al niño al principio en periodos cortos, quedándose un rato en el aula con ellos, para después, poco a poco ir alargando el tiempo una vez se hayan acostumbrado a las nuevas personas y al centro.
Cada padre deberá valorar la estrategia a seguir, y una vez elegida ser firmes. El vínculo afectivo que han estrechado los bebés con sus padres, es muy fuerte, y por tanto, les va a costar (por supuesto a los padres también) la separación, pero una vez tomada la decisión de cómo actuar, siempre habrá que seguirla a pies juntillas, y ser fuertes aunque la situación sea traumática.
Hoy en día, algunas grandes empresas, han optado por poner guarderías dentro de las instalaciones. Algo que todos los padres agradecen. Los niños están cerca, y el tiempo se limita al tiempo que trabajan (de manera que no hay que contar con el del desplazamiento que, en algunos casos, puede ser bastante largo). Además, los padres tienen la tranquilidad de que si ocurre algo, estarán cerca de sus hijos al instante… otra forma más de reforzar el apego.
Imagen: World Around Richa.