Al hablar de las discusiones y las peleas entre hermanos, hay que decir, que es casi inevitable que éstas se den. Casos en los que jamás se peleen entre ellos, no encontraremos ninguno, por lo que los padres no deben agobiarse.
Sin embargo, ¿qué se puede hacer para que esas peleas se reduzcan al mínimo? Para responder a la pregunta, ofreceremos a continuación algunas sugerencias, aunque siempre habrá que tener en cuenta que cada familia, y cada niño, son diferentes, y no se puede generalizar.
- Hay que ser consciente, como ya decíamos, de que cada niño es diferente y que, por tanto, lo que nos sirve para uno, es muy posible que no funcione con el otro. Teniendo esto en cuenta, tendremos que llegar a la conclusión, de que no se les puede tratar exactamente igual. Hay que hacerles ver, que cada uno de ellos es especial para papá y mamá, mostrándoles a cada uno sus virtudes. La diferencia de edad, ya de entrada, es un claro ejemplo, de que no podemos tratarlos igual, mientras que uno estará listo para afrontar nuevas experiencias, al más pequeño aún le quedará camino por recorrer. De manera, que es inevitable no marcar los mismos límites con uno que con otro.
- En muchas ocasiones, las peleas entre hermanos, se producirán para llamar la atención de papá o mamá, el hecho de que, ante una discusión, los padres se posicionen del lado de uno de ellos, les hará sentir que han obtenido la victoria. Los niños, rivalizan por el cariño de su padres, intentando ser mejores que sus hermanos… algo que habrá que tener en cuenta, y con lo que habrá que tener un poco de mano izquierda, comenzando por no entrar en las discusiones entre ellos, si no es absolutamente necesario (no hay que dejar que la sangre llegue al río).
Imagen: Alejandro Gómez