En nuestra anterior entrada ya dejamos algunas sugerencias de cómo actuar, cuando se dan las clásicas peleas entre hermanos. Hoy continuaremos, dando algunas otras, como por ejemplo:
1. Es inevitable, que la llegada de un hermano signifique que es imposible continuar prestando la misma atención al hermano mayor, ese que, hasta el momento, tenía toda la atención de sus padres y hermanos. Hay que reducir al mínimo ese golpe, y tomar medidas, para que no se sienta desplazado y llegue a considerar que su hermano es un “enemigo” que lo hecha de su trono.
Muchos padres dirán que no pueden estirar más el tiempo con la llegada del bebé. Sin embargo, no se trata de pasar horas prestando constante atención al hermano mayor, sino de calidad. A veces, dedicar media hora exclusiva a jugar, a mimar, y a hablar con el niño, será más gratificante que 4 horas, en la que papá o mamá, está ausente pensando en todo lo que tiene que hacer. Eso sí, ese tiempo se debe intentar que sea exclusivo para él o ellos (si es mamá el que va a dedicarle el rato, que sea papá el que se encargue del otro hijo, o viceversa).
2. Hay que evitar siempre comparar a los hermanos. Cada uno puede destacar en algo, y eso hay que hacérselo entender a ellos. No habrá que camuflar los éxitos de uno de ellos, para no hacer que el otro se sienta menos. Simplemente, mientras se aplaude el mérito de uno (y hay que hacerlo porque se lo ha ganado), al otro se le puede hacer entender que él es muy bueno en otra cosa. Por ejemplo, uno es muy diestro en los deportes, pero el otro tiene buenas dotes para la música… si el primero gana una carrera, se le transmitirá lo orgullosos que están de él papá y mamá, intentando que en algún momento se puede llevar el hilo de la conversación, a lo bueno que es también su otro hijo tocando el piano.
3. Como venimos diciendo, las peleas y las discusiones entre hermanos es algo totalmente normal. Sin embargo, si la armonía del hogar se ve rota, porque esto sucede constantemente, los padres se deberán sentar y hablar del tema, para descubrir porqué se dan. Si se puede descubrir la causa, será mucho más sencillo ponerle remedio.
Imagen: Alejandro Gómez