El cambio de hora que se produce este fin de semana y que altera de una forma directa el ritmo de vida de cualquier persona como consecuencia de los días más cortos, afecta de una forma especialmente palpable a las personas mayores y también, a los bebés y niños pequeños que necesitan de unos días de adaptación a la nueva rutina.
Es un cambio de ritmo que afecta de forma directa en la vida de los niños, sin embargo, no se trata de un cambio dramático sino de molestias que no tienen una trascendencia mayor. En caso de que dichas molestias perduren después de siete días es importante consular con el médico.
El doctor Hernando Pérez Díaz explica explica que “el núcleo supraquiasmático del cerebro es una especie de reloj cuyo efecto es la melatonina, encargada de regular el sueño y que se rige por los ciclos de luz y oscuridad. En función a nuestra biología, el ser humano es diurno”.
Los cambios de hora que se producen dos veces al año tienen como objetivo favorecer el consumo energético. El experto explica que “estos tienen sentido biológicamente, pero como hemos ido atrasando nuestro inicio del sueño por horarios laborales o factores sociales como el discutido ‘prime time’ televisivo (donde el 90% de los programas finalizan mas tarde de las 23:30 y el 55% más tarde de la medianoche) requerimos de un periodo de adaptación al nuevo horario”.
Para reducir los efectos del cambio de ritmo del otoño es importante salir a pasear todos los días con el niño, que siga disfrutando de su rutina de ir al parque, también puede ser positivo reducir el tiempo de siesta para que el niño duerma mejor por la noche.
Fuente – Te Interesa
Foto – Telecinco