En este sentido, el estudio señala que los niños acostumbrados a pasar la mayor parte del tiempo con los abuelos son menos sociables que la media y que también presentar peor conducta, hiperactividad y problemas emocionales.
En todo caso, lo que sí parece comprobarse en el estudio “Early Childcare and Child Development” es que las guarderías pueden compensar de alguna manera las desigualdades sociales entre familias al hacer que todos tengan una educación equiparable. La enseñanza que aportan a todos los niños es más uniforme.
Los niños de familias con menos recursos económicos y nivel cultural que habían sido educados en guarderías estaban más cerca de los parámetros medios que aquellos que habían sido educados por los abuelos. Es decir, que la guardería ofrecería un estándar educativo al que familias muy diversas podrían acceder. Sin embargo, conviene tener en cuenta que esta investigación habla del sistema educativo y las familias británicas y por tanto, no se pueden asimilar sus conclusiones para la sociedad española.
En realidad, la evolución de un niño depende en gran medida de otro tipo de factores sociales, como los recursos económicos de la familia, el nivel de instrucción de los padres y el entorno afectivo en el que viva. Por tanto, antes de decantarse por una u otra fórmula conviene tener claro que ni todos los abuelos están igual de dotados para estimular y atender a un bebé, ni todas las guarderías o centro infantiles presentan el mismo nivel en cuanto a la calidad de sus servicios.
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