Al llegar las fechas navideñas, los pequeños de la casa adquieren un papel protagonista, y les brillan los ojos de manera especial a la espera de todos los juguetes con los que han estado soñando (en tiempos pasados durante todo el año, en fechas actuales, unos meses atrás). Pero esta ansiedad infantil casi incontrolable no debe confundir a los más mayores, ya que no nos creamos que seremos mejores padres por darles a los pequeños todo lo que pidan, es más, hay quien opina que un exceso de juguetes puede incluso, perjudicar a los más pequeños.
Hay expertos infantiles que coinciden en afirmar que el darles muchos juguetes, impide que el niño pueda disfrutar de todos ellos con lo que finalmente se terminará cansando, ya que este exceso desvirtúa en sí la esencia del regalo. Es por eso que, no es bueno que se encuentren con docenas de regalos, sino más bien dos o tres bien elegidos.
Algo fundamental, que afirma expertos infantiles, es que el niño sepa apreciar el valor del regalo, y seguramente para él sea suficiente con ese regalo que tanto ansía, pero incluso se puede unir la magia de los tres Reyes Magos con darles tres regalos (una buena idea).
De todos es más que sabido que los juguetes son herramientas más que esenciales para el buen desarrollo de un niño, conservando un papel importante en la formación de conceptos, expectativas, aptitudes y el desarrollo de la socialización en nuestros hijos. Por todo ellos hay que afirmar que no es el mejor juguete el más caro, sino el que potencia en él todos estos valores. Algo intrínseco en un niño es la necesidad, de moverse, manipular, curiosear y experimentar con objetos, así como de crear, relacionarse e intercambian sentimientos y acciones.