Principalmente hay que centrarse en las lesiones de la boca, ya que pueden escocer. De ahí que sean de utilidad los enjuagues bucales, o colutorios y ciertos calmantes locales. Además, se deben evitar los alimentos excesivamente salados calientes, ácidos o picantes. También suele resultar bien lo frío (por ejemplo la leche o los batidos), porque anestesian un poco el dolor y el escozor de las aftas bucales; los mismo que el yogur suave y la gelatina.
Es muy socorrido y nutritivo el batido casero de leche con una yema de huevo (sin la clara) con azúcar o cacao. Por el contrario, no son nada adecuados los zumos ácidos.
Normalmente es raro que se den complicaciones detectables, pero se puede producir deshidratación (si el niño no come ni bebe, o está muy abrigado) y convulsiones febriles. Para ello, nada mejor que mantener un buen aporte de líquidos refrescantes, así como paracetamol o ibuprofeno, si es preciso, porque el pequeño esté molesto o febril.
Imagen: wikimedia
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