Anteriormente comentábamos que, los resfriados son las infecciones más comunes que tendrán los niños, especialmente los más peques (debido a que su sistema inmunológico no está aun totalmente desarrollado). Por tanto, los resfriados, durante los meses más fríos, estarán constantemente yendo y viniendo.
El médico será el que deberá recetar al bebé lo que puede tomar, que por regla general serán jarabes para la congestión nasal o para la tos. Unido a lo que el médico haya prescrito, los síntomas se podrán aliviar con algunas medidas, las cuales vamos a enumerar a continuación:
– Hay que tener en cuenta, que los niños deben tomar mucha agua, o líquidos como zumos, leche… esto favorecerá la expulsión de mocos. Además, si hay fiebre, el cuerpo del niño tenderá a perder líquido, por lo que habrá que reponerlo. Un caldo casero, puede ser también una buena propuesta, ya que, además de tomar líquido, el calor les reconfortará el cuerpo.
– La humedad en el ambiente, evitará que se reseque la nariz del niño.
– Es importante que el niño descanse bien. El sueño favorecerá su recuperación.
– Utilizar habitualmente algún spray nasal, con agua de mar, para limpiar bien, todo el conducto respiratorio. Si el niño es muy pequeño aun, existen también en las farmacias otras soluciones salinas, que se venden en líquidos, para echarles unas gotas en cada orificio de la nariz, evitando el “golpe” que produce el espray nasal.
Por regla general, los resfriados pueden durar unos 10 días, aunque dependerá de cada caso, ya que algunos se podrán alargar bastante más. De cualquier forma, si se alarga demasiado, o si los síntomas empeoran, habrá que acudir al pediatra, aunque ya se hiciera en un primer momento.