Ser una buena madre es una conquista que se alcanza a través de la experiencia. Es decir, cualquier mujer tiene que darse la oportunidad de aprender de sus propios errores. El síndrome de la mamá gallina hace referencia a la sobreprotección materna sobre los hijos. Una sobreprotección que roza el límite de la obsesión de aquella mamá que está pendiente en todo momento de sus hijos ante el temor de que a éstos les pase algo malo. El síndrome de la mamá gallina recibe el nombre del comportamiento típico de este animal que protege a sus polluelos con fuerza.
Las mamás que tienen este comportamiento son buenas madres ya que movidas por el deseo de que sus hijos estén bien, se preocupan por ellos. El problema surge cuando esta preocupación es excesiva, y entonces, el amor insano daña la autoestima infantil. Es decir, conviene partir de la base de que existe un amor maternal sano y otro que es insano. El síndrome de la mamá gallina es una manifestación de un afecto que impide al niño ser él mismo, asumir nuevos retos y crecer en libertad.
En Bebé Feliz te damos las claves para cultivar el amor sano hacia tus hijos:
1. En primer lugar, confía en tus hijos y deja que disfruten de situaciones que son acordes a su edad sin que tú tengas que estar siempre presente.
2. Aprende a quererte a ti misma de verdad y háblate con cariño.
3. Racionaliza tus propios miedos. Es decir, cuando algo te asuste, analiza la causa. Para minimizar tus miedos puedes diferenciar entre lo posible y lo probable.
4. Comparte tus miedos con tu pareja para sacar fuera tus preocupaciones. También puedes ponerlas por escrito en un papel ya que es un ejercicio terapéutico que te ayuda a liberar penas.
Fuente – Starmedia
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