El problema, según estos investigadores, es que los padres con pocos recursos están más estresados y son menos capaces de criar a sus hijos.
Por otro lado, los niños de familias pobres viven más momentos estresantes, como puede ser varias mudanzas o cambios de colegio, que pueden influir en el desarrollo de su cerebro.
Estos cambios en el desarrollo cerebral pueden conducir a diferentes problemas a lo largo de la vida como la depresión, dificultades en el aprendizaje y limitaciones a la hora de afrontar situaciones estresantes, por eso es necesario recibir una atención de calidad en la infancia, algo que se puede lograr a través del apoyo y la educación parental, junto con programas preescolares que ofrezcan un buen suplemento para el cuidado y la seguridad de los niños más vulnerables.
Porque los niños que reciben un buen cuidado en su infancia no experimentan necesariamente problemas del desarrollo, cognitivo y emocionales que pueden afectar a niños que no cuentan con este apoyo parental.
Imagen: elblogferoz