Hace algunos años, el hecho de que un niño fuera zurdo, podía llegar incluso a hacer saltar las alarmas de los padres, llegando muchos de ellos a pensar, que el niño tendría algún tipo de enfermedad, o que lo hacía por capricho. Por ello, se le obligaba a utilizar la mano derecha para hacer las cosas, utilizando, en algunos casos, métodos poco apropiados, que provocaban en los niños una mayor tensión.
Por suerte, hoy por hoy, no se ve como algo extraño que un niño sea zurdo, y se sabe que esto ocurre así, simplemente porque cuando nacen ya lo son. Más o menos, el 10 por ciento de las personas lo son (el número de hombres, casi duplica al de mujeres).
Ser zurdo, en un mundo de diestros, cada vez es más fácil, sin embargo, en más de una ocasión, el niño se encontrará con algunos baches. Por ello, habrá que facilitar el día a día del niño, en la medida de lo posible.
Por regla general, durante los dos primeros años de vida del niño, éste podrá utilizar ambas manos, sin mostrar una predilección por ninguna de los dos, y no será, hasta aproximadamente los 5 años, cuando ya comenzarán a mostrar su preferencia por el lado derecho o izquierdo del cuerpo y, entre los 7 y los 10 años, ya se decantará totalmente.
Pese a que, ser zurdo es algo que ya no llama la atención especialmente, sí es cierto que los padres deben vigilar al niño, y ayudarlo en el caso que sea necesario. Un niño zurdo se va a encontrar en sus primeros años escolares dificultades, especialmente a la hora de escribir, ya que no lo harán como el resto de sus compañeros, sino que tenderán a hacerlo hacia dentro y no hacia afuera, algo que, al principio les costará.
Imagen: ruurmo