Hablábamos anteriormente de que los padres no deberían tomar medidas (aparte de las absolutamente necesarias para que no se hagan daño), ni posicionarse, cuando existe una pelea entre los hermanos. Para muchos, no será fácil hacer esto y no mediar, pero es la mejor forma de que alguna de las partes salga más beneficiada que la otra.
También decíamos que el amor, el respeto y la tolerancia, son valores que hay que enseñar a los niños, para evitar que, durante una pelea, las cosas se pongan especialmente feas.
Pero… ¿qué más cosas pueden hacer los padres, para evitar o reducir, las peleas? A continuación, pondremos algunas pautas, que podrían ayudar:
– Es importante que en casa haya una serie de normas, y asegurarse de que los niños las tienen claras y que las han entendido.
– Tras una pelea, hay que esperar a que llegue la calma. Será en ese momento, cuando se hablará con los niños, y se les explicará que, existen otras maneras de resolver los problemas, y que las agresiones, tanto físicas como verbales, no solucionan nada.
– Educarles, siempre con los valores el respeto, la tolerancia, generosidad y amor.
– Intentar que cada uno se ponga en la posición del otro.
– No responder, a una pelea entre hermanos, con un castigo físico. Es decir, no se les pegará, porque esto únicamente les estaría mandando el mensaje de que la violencia se resuelve con más violencia.
– Siempre habrá que hacerles ver que se les quiere a todos los hermanos por igual.
– Hay que evitar favoritismos y comparaciones entre hermanos.
– Educarlos siempre, realzando las actitudes positivas de cada uno.
– Tener siempre mucha paciencia cuando la situación se ponga tensa.
Siempre, en el caso de que las peleas sean tan numeras e intensas, que no permitan llevar una vida tranquila, se podrá optar por buscar ayuda fuera de casa. Es más que probable, que un profesional, oriente a los padres para que éstos aprendan qué medidas tomar.
Imagen: Jewel