A todos los padres, les habrá pasado alguna vez que, cuando se riñe al niño, éste responde con una sonrisa, una carcajada, etcétera. Esto puede resultar frustrante para los padres que, en ese momento, tan solo quieren poner fin a algún acto de los niños. Es habitual que esto ocurra, y que los niños en algún momento, o en temporadas, reaccionen así y, es cuestión de tiempo que, esta “manía” termine desapareciendo.
Lo primero que los padres tenderán a pensar, es que el niño se ríe de ellos en su propia cara, pero teniendo en cuenta, que esto suele empezar a ocurrir alrededor de los dos 2 y 3 años, habrá de que descartar esa idea, ya que ellos aún no entienden de burlas o de mala educación, sino que será más un acto de poca madurez, al no poder controlar aún las emociones suyas o las de los otros. También puede ocurrir esto, con niños un poco más mayorcitos, pero aún así, el hecho de que se rían cuando le reñimos, no significa que se esté burlando de sus padres, sino que, la risa, será más bien una risa nerviosa, que aparecerá sin que ellos lo quieran, más frecuentemente cuando se encuentran en una situación tensa e incómoda.
Por tanto, si la risa es un acto involuntario, de nada valdrá enfadarse en ese momento, si se le está riñendo por algo, se le terminará de explicar, pero siempre guardando la calma, y sin darle la mayor importancia al hecho de que se esté riendo. La agresividad en esos momentos por parte de los padres, tan solo hará que el niño se ponga aún más nervioso, y que la risa pueda continuar por más tiempo.
Imagen: Jessica Garro