Una vez producida la contusión lo primero que tenemos que hacer es disminuir las sustancias proinflamatorias en la zona, las cuales se liberan y actúan por afluencia de sangre. Esto se debe hacer lo antes posible, ya que la liberación de mediadores de la inflamación va a ser inmediata y rápida. Así conseguiremos disminuir el dolor, la hinchazón y evitar en la medida de lo posible la formación de un hematoma o limitar el tamaño del mismo.
Para ello podemos utilizar los siguientes remedios:
- Hielo: la zona que ha recibido el golpe debe ser enfriada aplicando hielo, pero nunca debe ponerse directamente sobre la piel, para evitar lesiones por quemadura. Coloca una tela entre el hielo, dejándolo sobre la zona lesionada unos 15-20 minutos. En caso de no disponer de hielo, puedes utilizar algo frío, como una lata de refresco de la nevera.
- Elevación: coloca cualquiera de las extremidades afectadas por encima del plano del corazón para favorecer el retorno venoso y evitar la hinchazón.
- Compresión: la compresión debe ser firme, pero no demasiado apretada, preferentemente utilizando un vendaje elástico. Nunca se debe dificultar la circulación sanguínea, de modo que mantenga el riego sanguíneo de la zona, pero evitando que la elasticidad de los tejidos permita albergar más líquido y por tanto aumentar la inflamación local.
- Reposo: la zona lesionada debe ponerse en reposo durante 24-48 horas para prevenir que se agrave el daño producido. La actividad favorece el flujo de sangre y por tanto acentúa los síntomas y puede agravar la lesión. En ciertos casos se recomendará la inmovilización como el brazo en cabestrillo o con entablillado para evitar el movimiento de las articulaciones vecinas.
Imagen: beyders
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