El dolor suele desaparecer a partir de la primera semana. La hinchazón tarda más, pero, igualmente, va disminuyendo en un par de semanas.
El hematoma puede extenderse, quizás, más allá del sitio inicial. Puede ser visible durante varias semanas e incluso puede hacerse doloroso. Variará de tonalidad, según se vaya descomponiendo la sangre que lo conforma, pasando del color rojo al azul violáceo y finalmente amarillo verdoso.
La existencia de un hematoma importante puede necesitar una evacuación por punción o por incisión quirúrgica. La única complicación que puede tener es que puede infectarse, pero cuando no hay lesión de la piel, no es común.
Debemos acudir al médico cuando:
- El dolor persista después de dos días.
- Si no se aprecia ninguna mejoría después de haber estado bien cuidado durante cuatro días.
- Si la hinchazón sigue aumentando.
- Si el niño toma medicamentos por problemas de coagulación (antiagregantes plaquetarios, anticoagulantes, aspirina).
- Si se modifica la piel de la contusión (coloración parda, negra, costras, apertura), indicando necrosis cutánea.
- Si el niño padece alguna enfermedad crónica como la diabetes.
Imagen: hola
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