Anteriormente hablábamos de la importancia de dar besos, abrazos y caricias a los niños, especialmente durante los primeros 5 años, y también comenzábamos a enumerar algunas de las ventajas que generan las grandes dosis de amor, como es la satisfacción por dar y recibir, o el vínculo afectivo que se crea entre padres e hijos.
Hoy continuaremos enumerando otras ventajas, que van a resultar igual de importantes:
– Dando cariño, se conseguirá que el niño se sienta seguro con sus padres. Esa sensación protección, será muy importante a lo largo de todo su desarrollo.
– Un niño que crece recibiendo afecto, se va a convertir en un adulto que, al estar tan acostumbrado a ello, va a continuar expresando ese cariño de la misma forma, tanto con sus padres, como con la gente que tenga alrededor.
– Los besos, los abrazos y las caricias, servirán para que, en muchos momentos, el niño se relaje y se tranquilice.
– Después de una sesión de besos y caricias, el niño estará tan cómodo y calmado, que le costará menos conciliar el sueño.
– Un beso a tiempo, puede evitar más de un enfrentamiento entre padres e hijos.
– El cariño, es tan poderoso, que también en más de una ocasión, les va a servir como calmante, cuando les duele algo o están malitos. Es habitual ver, como un niño pequeño, se cae, llora, y sale corriendo hacia mamá o papá y, cuando alguno de ellos le da un beso en su herida… ellos dejan de llorar instintivamente y siguen a lo suyo (como es lógico, esto ocurre con pequeños dolores).
– Estas formas de expresar el amor, será un buen punto de partida para el desarrollo de su inteligencia emocional.
– Terminamos con una ventaja, que no por ser la última, es la menos importante. Con todos estos gestos de amor, conseguiremos niños que van a crecer felices, que es, al fin y al cabo, lo que todos los padres quieren para sus hijos.