- Si precisa el niño de recursos a nivel sanitario más allá de los escolares.
- Si existen centros de desarrollo infantil y atención temprana “CDIAT” (algunos de ellos están subvencionados a nivel municipal) que pudiesen dar un apoyo al desarrollo del niño.
- Si, además del asesoramiento que proporcionen los especialistas del centro escolar, hay otros profesionales externos y especialistas en la discapacidad del pequeño que puedan realizar un trabajo de asesoramiento e intervención adecuado a su caso.
¿Cómo actuar frente a otros padres?
Al tener un hijo con necesidades educativas especiales es habitual sentirse extraño al principio y no saber cuál ha de ser nuestra postura frente a otros padres. Para ir asentando todas las ideas y emociones que pueden surgir es necesario hablarlo y expresarlo como lo sintamos. Normalizarlo con los más cercanos, pero también con otras madres y padres de nuestro entorno, es muy positivo. La normalización es el primer paso para no desaprovechar las oportunidades constantes de seguir creciendo y disfrutando con y de vuestro hijo.
¿Qué puedo hacer para gestionar mis emociones?
Si quieres ponerte manos a la obra, coge una hoja en blanco y apunta todo su avance, por pequeño que sea, que tenga tu hijo. De la misma forma, debes ir apuntando también todo avance y actitud positiva que tengas respecto a las necesidades educativas especiales de tu hijo (actividades inclusivas en las que participes, reuniones informativas, reuniones con otros padres con niños con y sin necesidades educativas especiales…). Poco a poco podrás observar como tus emociones se transforman, mostrándole que estáis caminando y creciendo juntos.
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