Ahora que nos acercamos hacia la recta final de curso y los niños visualizan su veraneo con la ilusión de tener por delante una etapa de bienestar y confort, conviene destacar la evidencia de las diferencias sociales en el siglo XXI. La felicidad puede estar condicionada por un factor tan aleatoario como el lugar de nacimiento puesto que mientras que existen niños que cada día van a la escuela para estudiar, formarse para un futuro mejor y tener una cultura, existen niños que viven una realidad bien distinta y poco apropiada para su edad.
Así nos lo recuerda el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, una fecha que debe de ayudar a reflexionar sobre la importancia de defender los derechos de los niños para proteger su infancia. Un niño que se ve obligado por las circunstancias externas a asumir el rol de un adulto está perdiendo lo más propio de su niñez: la inocencia, los tiempos de juegos, las actividades de ocio, la protección… Es decir, está actuando en contra de su propia esencia, algo que pasa factura a nivel emocional.
Es importante educar a los niños en el valor solidario de aprender a valorar aquello que tienen porque no todos los niños son igual de afortunados. Con motivo del Día Mundial contra el Trabajo Infantil es posible comentar con el niño alguna noticia de actualidad adaptada a su lenguaje concreto. Si el niño tiene más de 8 años también es posible animarle para que escriba una redacción inspirada en la jornada de hoy.
Como adultos, también es posible colaborar en la construcción de un mundo mejor apostando por la protección de la infancia a través de iniciativas solidarias y comprometidas como el apadrinamiento.
Fuente – El Intransigente
Foto – Alex Schwab