Llega una época del año fantástica como el verano y con ella, los días de playa y de piscina. Las piscinas se convierten en el centro de ocio frecuente en pueblos y ciudades para compartir un plan en familia. Sin embargo, la piscina también está vinculada con el espíritu positivo que surge del deporte y de la práctica de la natación. Un deporte muy recomendable para los peques que produce los siguientes beneficios de salud:
1. En primer lugar, a través de la natación, los niños toman conciencia de su propio cuerpo, aprenden a conocerse a sí mismos y a aceptarse tal y como son. Esto aumenta la autoestima.
2. La natación reporta bienestar físico y mental al poner cuerpo y mente en armonía de una forma directa. Los niños pasan mucho tiempo frente a las nuevas tecnologías, por ello, la natación también es un hábito para desconectar del estrés tecnológico y pasar tiempo al aire libre.
3. Realizar deporte también es un hábito que refuerza el descanso correcto cada noche. Gracias a la rutina de nadar un rato cada día, los niños concilian mejor su descanso durante el verano.
4. La natación también permite romper la rutina en los juegos respecto del resto del año. Además, se refuerza el valor del juego compartido al compartir diversión con otros niños en la piscina. A través de esta diversión lúdica también se refuerzan los vínculos afectivos al compartir un espacio emocional gratificante.
5. A nivel emocional, el aprendizaje de aprender a nadar integrado en la infancia aporta autoconfianza y seguridad en uno mismo al niño. Además, también aprende unos hábitos responsables para cuidar de sí mismo.
El agua es todo un símbolo de bienestar emocional, por ello, es un placer practicar la natación durante el verano.
Foto – Mercado Viagens