El lugar de nacimiento es un factor que influye y mucho en la calidad de vida de una persona. Existen niños que crecen en entornos más vulnerables, donde sus derechos pueden no ser defendidos. Existen contrastes notables. Mientras que existen países en los que los niños acuden al colegio para estudiar y formarse, también existen lugares con una realidad bien distinta. Este podría ser el caso de Bolivia donde los niños de diez años pueden trabajar como autónomos porque se considera que al hacerlo de esta forma existe una iniciativa libre.
El proyecto de ley “Código Niño, Niña y Adolescente” considera que “con esta normativa los niños, niñas y adolescentes tendrán derecho a estar protegidos por el Estado, sus familias y la sociedad en contra la explotación económica y el desarrollo de cualquier actividad o trabajo que pueda entorpecer su educación y su normal desarrollo“.
Sin embargo, Save The Children ha criticado duramente esta ley que no permite el perfecto crecimiento del niño en un entorno de bienestar: “Si un padre trabaja desde el inicio y su hijo trabaja desde los 10 años lo lógico es que siga viviendo en una situación de premura“. Los niños podrían estar condenados eternamente a una situación de indefensión al dar normalidad a una realidad que es contraria al desarrollo emocional de un ser humano.
Un niño de diez años es un niño y como tal, debe de disfrutar de su tiempo en el colegio, con juegos y con su familia sin que se le obligue a madurar antes de tiempo de asumiendo obligaciones que no le corresponden. Pero contando con una seguirdad que son los padres los que la garantizan de acuerdo a un rol que han asumido libremente.
Fuente – El Mundo
Foto – Álex Schwab