Una vez que tenemos claro los lunares presentes en el cuerpo de nuestros peques, nunca está de más tener en mente los posibles factores de riesgo para que estas pequeñas pecas pasen a convertirse en posibles cánceres de piel o melanomas.
Factores de riesgo
Rayos de sol
La exposición a la luz ultravioleta es el factor de riesgo principal para la mayoría de los cánceres de piel. Las lámparas y cremas bronceadoras también son fuente de radiación ultravioleta.
El grado de exposición a la luz ultravioleta que una persona recibe depende de la intensidad de los rayos de sol, del tiempo que la piel ha estado expuesta y de si ésta ha estado protegida con ropa o con protector solar.
La exposición solar tiene efecto acumulativo de las radiaciones ultravioletas, de forma que cuanto mayor es la cantidad total de exposición al sol en el transcurso de la vida, mayor es la posibilidad de desarrollar un melanoma. Esto tiene especial valor en los niños, puesto que, al protegerlos en las edades tempranas, podemos evitar el acumulo de radiaciones que pueden propiciar el desarrollo de tumores de piel en la edad adulta. Por ello es especialmente importante la protección de los rayos UV en nuestros niños.
Tener nevus displásicos o más de 50 lunares
Rara vez un lunar común se transforma en melanoma, aunque se ha visto que las personas que tienen más de 50 lunares comunes tienen más riesgo de desarrollar este tipo de tumor. Con los nevus displásicos o atípicos ocurre algo similar, la mayoría de ellos se mantienen estables a lo largo de toda la vida, pero en ocasiones pueden desarrollar un melanoma, especialmente si se tienen más cinco nevus displásicos. Además, los pacientes con este tipo de nevus que desarrollan melanoma lo hacen a edades muy tempranas.
Atención a sus lunares – Factores de riesgo de los cánceres de piel: Antecedentes familiares y tipos de piel
Foto | ananroca