Hoy en día, que solemos ir con prisa a todos lados, queremos que nuestros hijos comiencen a dar sus primeros pasos lo antes posible. Pero el hecho de que el bebé camine por sí solo es un hecho bastante más complejo de lo que nos pueda parecer. La acción de caminar consiste en la posibilidad de desplazarse de forma erguida, con control del equilibrio y coordinando los movimientos de brazos y piernas, y sujetando el peso del cuerpo.
Andar es un logro muy importante para los pequeños de la casa, ya que les permitirá, de forma autónoma, desplazarse y tener acceso al descubrimiento del entorno que les rodea. Esta capacidad se debe aprender y se debe madurar, y cada niño tiene su velocidad de aprendizaje.
Estimúlale a dar sus primeros pasos
Jugar con tus hijos desde bebés, estimularles con pequeños ejercicios físicos, será beneficioso para su desarrollo físico y mental, sin la necesidad de apresurarse en alcanzar su desarrollo antes de tiempo. Por tanto, para favorecer el desarrollo motor del bebé en general y, en particular, para reforzar sus ganas de moverse, será útil seguir estos consejos:
- Muévele los brazos y las piernas, con flexiones y haciendo círculos.
- Apóyalo sobre pecho y vientre, háblale y dale algún juguete, así levantará la cabeza.
- Juega con él en una mantita adaptada, boca arriba y boca abajo.
- Sepárale los juguetes, para que tenga que ir a por ellos.
- Juega con una caja grande para entrar y salir.
- Ayúdale en sus primeros pasos, dándole la mano.
El desarrollo motor
El desarrollo motor del bebé se produce de forma descendente desde la cabeza a los pies, realizándose así un control progresivo del tono y fuerza desde la cabeza, cuello, brazos, trono y, por último, de las piernas. Así, existen varias etapas:
- 0-3 meses: al final de este periodo, el pequeño debe sujetar el cuello y mover la cabeza hacia los lados.
- 4-6 meses: comienza a rodar y voltearse, ayudándose de sus manos.
- 7-8 meses: es capaz de sentarse, al principio con respaldo, y después sin ayuda. Controla el tronco.
- 9-10 meses: es la etapa en la que comienza el gateo. El niño se ayuda primero solo de los brazos, y después también de las piernas.
- 11-15 meses: comienza a ponerse de pie, a dar los primeros pasos con ayuda, y posteriormente solo.
¿Cuándo preocuparse?
Puede ocurrir que el bebé alcance los quince meses y no camine. En estos casos todos los padres nos preocupamos y pensamos si le ocurrirá algo a nuestro pequeño. A estas edades en los niños, si se tratara de un retraso global del desarrollo (afectadas las cuatro áreas del desarrollo), ya hubiera saltado la voz de alarma, y se hubiera realizado el estudio pertinente.
En la mayoría de las situaciones, se trata de un niño que ha llevado un desarrollo acorde a su edad, pero que al llegar al comienzo de la deambulación, sufre un estancamiento o parón y no termina de caminar por sí solo, gatea y se pone de pie, pero no anda.
Es el pediatra quien deberá valorar la situación; si se trata de un retraso simple o si puede haber algo más, y por lo tanto, decidirá hacerle pruebas al niño. En ese caso, se remitirá al pequeño a neuropediatra, para descartar algún problema. Son múltiples las causas o enfermedades que pueden dar problemas con el comienzo de la deambulación: enfermedades musculares (distrofias), enfermedades neurológicas (espina bífida), etcétera.
Una vez que se ha descartado alguna enfermedad o problema que justifique ese retraso, y se cataloga de retraso simple, se suele remitir al niño a la consulta de fisioterapia, para comenzar a realizar unos ejercicios físicos que favorezcan su fortaleza muscular y el comienzo de los primeros pasos. Con un poco más de tiempo y estímulo seguro que pronto será capaz de caminar sin problemas.
Lo mejor es no meterle prisa al pequeño, pero si realmente quieres que comience a caminar, anímale a ponerse de pie. Dedica tiempo a practicar los primeros pasos con él, sin prisa y en lugares favorables para esta tarea.
Fotos | Arkansas ShutterBug; Pablo Ospina; David