El vitíligo es una enfermedad benigna de la piel que se caracteriza por la despigmentación de las células que se encuentran en la epidermis (los melanocitos) y que tiene un origen desconocido, aunque en su aparición puede estar involucrado un importante componente genético. La aparición de vitíligo es más frecuente después de los dos años de edad, pero también puede aparecer en lactantes e incluso en recién nacidos.
¿Cuáles son las causas?
Existen varias teorías que explican cómo se pierde el color o pigmento. La de mayor aceptación sostiene que el vitíligo podría ser una enfermedad autoinmunitaria que destruye los melanocitos de la piel. Este tipo de enfermedad ocurre cuando el sistema inmunitario se equivoca y ataca las partes sanas del cuerpo. Algunos investigadores, incluso, piensan que los melanocitos se destruyen a sí mismos.
En segundo lugar, otra teoría apunta a que un acontecimiento determinado, tal como una quemadura de sol o el estrés emocional, puede causar vitíligo. Sin embargo, aún no se ha comprobado que esto sea así.
Por tanto, se considera que el vitíligo se ve influencia por la genética, por factores ambientales y por factores inmunológicos.
¿Dónde aparece?
Las zonas más frecuentemente afectadas son la cara, los codos, las rodillas, las manos, los pies y los órganos genitales. De esta manera, se producen parches blancos e irregulares alternados con áreas de piel con el color característico. Esto es bastante llamativo desde el punto de vista estético y puede resultar importante en el apoyo psicológico a los pacientes con vitíligo, ya que, en algunas ocasiones, se hacen difíciles las relaciones sociales de estos niños, por los problemas estéticos que produce la enfermedad.
¿Un niño con vitíligo se quema más?
Las zonas de piel afectadas por el vitíligo están despigmentadas, por lo que son muy susceptibles a los efectos dañinos de los rayos solares. Por tanto, no es recomendable exponer al niño afectado al sol, y según los casos, se podría hacerlo con una fuerte protección solar.
Sin embargo, evidentemente el sol es necesario para la buena salud del bebé. Así, con solo cinco minutos que el bebé reciba el sol en la cara y dorso de manos es suficiente para el metabolismo de la vitamina D.
¿Cuál es el mejor tratamiento?
El vitíligo es una enfermedad que no tiene cura. Pero sí existen una serie de tratamientos que la mejoran. Estos se dividen en cuatro grupos:
- En la infancia generalmente se utilizan tratamientos por agresivos; las pantallas solares y los cobertores cosméticos suelen ser una buena opción.
- Los corticoides tópicos también pueden utilizarse con un buen seguimiento por el dermatólogo.
- El PUVA (tratamiento de repigmentación con una medicación especial y exposición a los rayos UVA) se puede usar solo en niños mayores de nueve años y en casos especiales, por indicación del dermatólogo.
- También hoy se utilizan con buenos resultados los inmunomoduladores tópicos como Tacrolimus y Pimecrolimus, obteniendo solo repigmentaciones parciales.
Lo que debemos tener claro es que si nuestro peque tiene vitíligo no le pasa absolutamente nada malo. Deberá aprender a vivir con zonas de su piel no pigmentadas y poco más. De nosotros depende enseñarle a explicar a sus amiguitos lo que le sucede y comportarse con total normalidad.