La emisión de un programa de televisión de la presentadora Samanta Villar sobre el uso, por parte de los adultos, de los bebés reborn, ha suscitado un amplio debate sobre si estos muñecos para mayores pueden ayudar a superar traumas, al margen de su elaboración para coleccionistas y su uso como juguete.
Ver a mujeres y hombres hechos y derechos con muñecos de juguete en brazos puede que no suscitara tanta expectación y controversia si no fuera por el extremado realismo de los bebés reborn. El lenguaje que se emplea en torno a este movimiento, que cada vez cuenta con más adeptos en España, también causa estupor a más de uno: tacto real, adopciones, bebés a la carta…
Cabe destacar que es cierto que existe un sector de consumidores para quienes estos muñecos despiertan el mismo interés que para otros una maqueta o una motocicleta. No obstante, el debate se abre cuando nos acercamos a mujeres que difuminan las barreras de la realidad o matrimonios que podrían estar intentando ocultar su frustración por no poder ser padres a cambio del estímulo que les provoca un trozo de silicona muy bien modelada.
Los que fabrican muñecos reborn son auténticos artistas del modelaje y la escultura y su trabajo llega a ser verdaderamente hiperrealista. Trabajan sobre vinilo o silicona y obran maravillas con capas de pintura. Los aficionados al ‘reboning’, que por otro lado es un fenómeno de la Alemania de la II Guerra Mundial, son muy estrictos a la hora de respetar un código ético.
El debate se abre cuando los bebés reborn dejan de ser simples muñecos para sus propietarios y estos se comportan como padres. El fenómeno suele darse con mayor frecuencia entre mujeres mayores, que se encuentran solas, y madres que padecen un proceso traumático tras la pérdida de un hijo. Aunque también es posible encontrarse con parejas que palian así sus problemas de infertilidad.
Para algunos sicólogos, emplear este tipo de muñecos con fines terapéuticos puede ser una opción adecuada en ciertos casos y siempre bajo un control del especialista. Además, el paciente debe saber desde el principio que esta medida será provisional y que, conforme vayan surtiendo efectos otros aspectos del tratamiento que ayuden a superar la pérdida, la dependencia del muñeco reborn tendrá que ir disminuyendo hasta desaparecer.
Es importante saber que el simple hecho de abrazar a uno de estos falsos bebés ha conseguido, en algunos casos, que mujeres con un instinto maternal muy pronunciado segreguen más oxitocina, la llamada hormona de la maternidad.
Lo cierto es que algunos sicólogos ya utilizaban los muñecos habituales, antes de la moda reborn, para ayudar con ellos a que ciertos pacientes, tanto pequeños como adultos, puedan superar sus dolencias y traumas.
No obstante, los especialistas suelen dejar claro que aferrarse a los muñecos reborn como sustituto de un bebé real y sin el acompañamiento de un terapeuta puede contribuir a agravar el problema y empujar a la persona a consecuencias aún más serias.
Según la opinión experta, el duelo es el modo de superar una pérdida y la persona afectada debe superar varias etapas para cerrar su herida. Si el paciente se aferra a uno de estos muñecos sin la guía de un terapeuta, el proceso del duelo puede verse interrumpido, bloqueando el mecanismo de aceptación y superación y, por lo tanto, impidiendo vivir una realidad sana.
Advierten también que la mayoría de las personas afectadas suelen afirmar que saben que se trata de un muñeco. Sin embargo, en su interior desatan un proceso sentimental que les hace tratar al reborn como si fuese una persona y de este modo desarrollan y estimulan sentimientos reales hacia el objeto. En el momento en que estas personas rompen el vínculo con la realidad, en lugar de curarse, acabarán por no superar la pérdida y prolongar su dolor.
Lo cierto es que la polémica está servida y, en el programa de Samanta Villar, pudimos ver cómo una sicóloga dejaba claro que el tema no era grave si se sabían mantener la frontera y ponía un ejemplo como contraposición: ¿Por qué no nos resultaba igual de chocante las quedadas de adultos para dispararse como guerrilleros en las rutas de paintball?
El precio de un muñeco reborn se establece entre los 300 y los miles de euros, dependiendo de los materiales y el sentimiento de veracidad que consiga imprimir a sus propietarios. Por norma general suelen adquirirse por internet a tiendas especializadas y no se habla de compra sino de adopción.
Las piezas son cada vez más similares a un bebé real, incorporando funciones mecánicas como la respiración o el sonido del latido del corazón, lo que encarece aún más el artículo. Suelen ser adjudicados a sus “padres adoptivos” con un certificado y un kit que incluye una muda, pañales, biberón, chupete y una cunita. A partir de ahí, los flamantes “papás” suelen realizar todo tipo de compras para sus bebés reborn: ropa, juguetes, accesorios, carros, tronas… eso sí, se trata de material real para uso de bebés humanos y por ello lo adquieren en tiendas especializadas en artículos para la infancia.
Fotos | missresincup; teadrinker; wikimedia
Fuente | lagacetadesalamanca