Antes de plantearnos operar el estrabismo de nuestro hijo, lo primero que tenemos que tener en consideración es, si bien la edad no es un problema para corregir la desviación de los ojos, la edad sí representa un obstáculo a la hora de recuperar el ojo vago (ambliopía), el cual va ligado muchas veces al estrabismo.
En los niños, generalmente, lo primero que debemos de tratar es el ojo vago o ambliopía mediante el empleo de parches, filtros, gafas, etcétera, pues la edad sí supone en este caso un problema, dado que cuanto más joven sea el paciente, más fácil es tratarlo y a partir de los 8-10 años de edad la dificultad para recuperarlo es mucho mayor, requiriendo a veces de técnicas más complejas y que no nos garantizan la posibilidad de una máxima recuperación.
Por lo tanto, lo más correcto es una vez recuperada la visión o alcanzado el máximo posible para su edad, es cuando deberemos plantear la intervención del estrabismo. Si lo hiciéramos a la inversa, estaríamos demorando la recuperación del ojo vago y en ocasiones ese tiempo puede ser fundamental, por ello lo que como normal general debemos entender es primero recuperar la visión o poner los medios para dicha recuperación y posteriormente tratar la desviación.
¿Cuándo no operar?
La operación de estrabismo no pretende eliminar el empleo de las gafas, sino que lo que se opera en el estrabismo es la desviación que queda con el empleo de las gafas; es decir, si un niño sin gafas tuerce pero con ellas no tuerce, en este caso no requerirá intervenirse de estrabismo. Solo se opera la desviación que el niño tiene cuando lleva las gafas correctas colocadas, de ahí la necesidad imperiosa de realizar una meticulosa graduación siempre con gotas de ciclopléjico (las gotitas que se ponen en la consulta del oftalmólogo para dilatar la pupila), para tener su graduación exacta.
Recordemos también que un niño, como norma general, no debe operarse para quitarse las gafas (cirugía refractiva) antes de aproximadamente los 20 años y siempre tras un periodo de estabilidad en su graduación de unos dos años. El anteceder esta intervención por el ansia de querer eliminar las gafas, implicaría que los cambios en la graduación que aconteciesen propios de su edad, después obligarían a realizar nuevas intervenciones quirúrgicas.
Condicionantes de la operación
Otros aspectos que debemos tener en cuenta a la hora de operar el estrabismo son las condiciones necesarias de higiene posoperatorias, lo cual hace que durante unas semanas el niño deba estar alejado de los baños en la playa o piscina, de los entornos contaminados, de los deportes de contacto, etcétera, aspectos todos ellos que deberemos considerar a la hora de plantear el momento de la intervención.
Por último, dependiendo de la edad y de los condicionantes personales de cada niño, existen distintos tipos de intervenciones de estrabismo en cuanto a la técnica, tipo de anestesia, etcétera, pero esto son ya matices que no está en nuestra mano decidir, sino que debe ser nuestro oftalmólogo especialista en estrabismos quien los determine tras una completa valoración personalizada del problema y las circunstancias del niño, para determinar la mejor indicación para su caso.
Por ejemplo, hay estrabismos en los que, cuando se tratan en los primeros años de vida mediante una inyección de toxina botulínica en los músculos del ojo, se evitan operaciones más complejas, pero será nuestro especialista el que nos indique la mejor alternativa de acuerdo a nuestro caso, pues no todos los tratamientos pueden ser aplicados a todos los tipos de estrabismo o de edades.
Igualmente, entre los requisitos para operar a un niño, está que dicha intervención debe hacerse con anestesia general, dado que la colaboración del niño va a ser nula, y para ello deberemos contar con el apoyo de un equipo de anestesistas acostumbrados a manejar este tipo de pacientes. La edad no es un problema para dormir a un niño siempre que reúna los requisitos que nuestro anestesista infantil requiera para garantizar la seguridad de la intervención.
¿Cómo elegir el momento adecuado?
Dejémonos aconsejar por nuestro estrabólogo sobre el momento adecuado de la intervención y no pospongamos ni adelantemos una intervención del momento adecuado para la misma, independientemente de la edad. En ocasiones, un estrabismo puede empeorar cuando posponemos dicha intervención, así como puede complicarse si decidimos adelantarla sin un criterio médico correcto.
Expongamos todas nuestras dudas al especialista y decidamos el mejor momento para realizar dicha intervención con los mejores criterios médicos y éticos.
Fotos | kris krüg; Steel Wool