En anteriores ocasiones ofrecíamos algunas posibles soluciones a la hora de tratar a niños con problemas de comportamiento. Las recompensas y los regalos no siempre deben ser contraproducentes, tan solo hay que ver cómo se administran.
Hoy proponemos una idea para tratar a esos niños rebeldes, con problemas para el autocontrol. Lo hemos llamado un tarro de regalos, precisamente porque lo que vamos a utilizar es un recipiente, a ser posible de cristal para que se vea todo su interior.
La idea es ir llenando ese tarro con buenas acciones. Si el niño hace lo que se le pide o si por voluntad propia hace algo especial, se le dará al niño un objeto pequeño para introducir en el frasco y, cuando tenga el número de objetos que se han marcado desde un principio se le dará su recompensa.
Antes de comenzar, como decíamos, habrá que decidir el número de objetos que se deberán conseguir. Dependiendo de la edad del niño, y de si es la primera vez o no que se práctica este “juego”, el número deberá ser mayor o menor. Si ponemos un número muy alto a un niño muy pequeño, lo más probable es que termine aburriéndose. Y si es la primera vez, aunque el niño sea mayor, ocurrirá lo mismo. A medida que se práctica este “juego”, el número puede aumentarse, y el premio igualmente.
Otra cuestión es el premio a conseguir. También deberemos haberlo decidido en un principio. No es necesario que sea un objeto material, incluso sería mejor ofrecer otro tipo de cosas. Por ejemplo, una tarde en el cine, pasar un día entero haciendo cosas con papá o mamá, una salida al campo… en fin, cualquier cosa que al niño le guste a hacer y que no haga habitualmente.
El tarro de regalos, tiene como finalidad reforzar los comportamientos positivos, por lo que, con el tiempo, él aprenderá el valor que tienen.
Imagen: crystl.