Estamos esperando un bebé y lo que vamos a ingerir durante todo este hermoso período irá también a parar al cuerpo de nuestro futuro hijo. Así que, por nuestro bien y sobre todo por el de nuestro bebé, haremos todo lo posible por mantenernos sanas y seguir una dieta equilibrada.
¿Pero qué alimentos son los menos indicados para la futura mamá? Podríamos decir que abrir la lista con las visceras de animales no sería descabellado. En los órganos internos de se depositan las sustancias químicas y hormonales que se administran al animal y, por ende, esa cantidad de productos indeseados y dañinos no pueden acabar en nuestro cuerpo. En especial evitaremos comer hígado y foie que, además, presentan elevadas concentraciones de vitamina A que, a dosis elevadas, pueden dañar al bebé.
Los embutidos, por lo general se elaboran con carne cruda, por lo que las mamás que no están inmunizadas contra la Toxoplasmosis deben evitarlos a toda costa (al igual que las carnes poco hechas), a no ser que los cocinen. En cambio resulta saludable el Jamón York, de pollo o de pavo y, en general, todos los embutidos que utilizan carne cocida.
Las verduras y frutas han de estar muy bien lavadas y, a ser posible, peladas. No olvidemos que pueden ser fuentes de contagio, además de la Toxoplasmosis, de enfermedades como la Listeriosis. Ojito cuando comas fuera de casa, evita entonces las ensaladas y pela bien la fruta.
Evita también pescados y mariscos crudos que podrían contener anisakis o toxinas muy peligrosas para tu salud y la del feto. En este caso, cocinar bien estos alimentos también es la base de vuestra seguridad.
El café, el te, los refrescos con cafeína… se han asociado a complicaciones como el aborto espontáneo o bajo peso al nacer. Además, estas sustancias disminuyen la absorción del hierro. Igualmente diremos adiós al alcohol que está relacionado con abortos, partos prematuros y complicaciones en el parto, además de impedir una buena absorción del ácido fólico y las vitaminas del grupo B en general.