Una investigación del Institute of Education, publicada en 2009 en la versión digital del Journal of Social Policy con el título “Early Childcare and Child Development”, ha evaluado las ventajas e inconvenientes de ambas opciones para el desarrollo del bebé.
Para ello, los investigadores estudiaron a 4.800 niños británicos de tres años y en la muestra se comparaban los casos de niños que a los nueve meses ya asistían a la guardería con aquellos que a esa edad eran atendidos principalmente por sus abuelos.
Los resultados apuntan que los pequeños que habían asistido a guarderías estaban más entrenados para comenzar la educación infantil, pues destacaban en algunas aptitudes cognitivas, como contar o identificar formas, colores, números y letras, que aquellos que habían estado al lado de sus abuelos.
En contrapartida, éstos últimos tenían mayor facilidad en la expresión verbal, lo cual estaría justificado por la atención personalizada que habían recibido en comparación a los bebés de las guarderías. El estudio parece indicar que los abuelos dedican más tiempo a los niños, no sólo para sentarse a hablar con ellos, sino también para corregir sus errores y ayudarles a mejorar.
Y está visto que la dedicación es importante, porque, incluso los pequeños que fueron a guarderías donde tuvieron una atención más exclusiva, tenían más facilidad para expresarse verbalmente que la media, aunque no tanta como los que fueron confiados a los abuelos.
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