Para muchos padres, el hecho de levantar a sus hijos por las mañanas, puede ser una labor difícil, tanto que, al final, van con la hora justa al colegio. Aquello de “Déjame dormir, 5 minutitos más”, es una frase clásica, que parece no pasar de moda.
A algunos niños, les cuesta mucho pasar del sueño a la rutina diaria, mientras que hay otros, que lo harán inmediatamente y sin problemas, aunque estos últimos serán los menos.
¿Qué hacer para evitar que el despertar se alargue, y que termine comenzando la mañana siendo un estrés para todos? Pues bien, aquí os dejamos algunos puntos que se podrán tener en cuenta.
– Lo más importante es que el niño debe dormir las horas que necesita. Por tanto, si le cuesta levantarse, no estará de más plantearse, el acostarlo más temprano por la noche.
– Si le cuesta despertarse aun habiendo dormido las horas necesarias, es posible que el niño necesite tomarse su tiempo para pasar a la actividad normal. Si es así, hay que optar por empezar a avisar al niño ante de la hora habitual. Por ejemplo, se le pueda dar un toque media hora antes, después otro a los 10 minutos, y a continuación, ir avisándole cada 5 minutos. De esta forma, a la hora prevista para que se levante, se le habrá dado un tiempo, para que “se haga a la idea”.
– Despertar con abrazos y besos, siempre es una medicina ideal, que suele encantar a todos los niños. Sentarse un ratito a su lado, hablarle suavemente, podría ser una excelente solución.
– Si el niño se siente motivado se levantará mejor. Se puede buscar algo qué hacer con él durante algún momento del día, para recordárselo por la mañana.
– Sobre todo, hay que evitar despertarlo con prisas, con nerviosismo, haciendo ruido o encendiendo de golpe todas las luces. Esto tan solo provocará que el niño remolonee aún más , y que se ponga de mal humor.
Imagen: Amanda Truss