El Centro para Investigación y Política de Lesiones del Hospital Infantil Nacional de Ohio ha hecho públicas las conclusiones a las que ha llegado tras un estudio realizado por sus técnicos sobre el uso de piscinas hichables y/o portátiles y el número de accidentes y muertes infantiles que provoca.
La cifra es espeluznante. Sólo en Estados Unidos muere un niño cada cinco días, en una de esas piscinas y durante la época de verano. Además, más del 40% de esas muertes se produjeron mientras un adulto supervisaba el baño de los niños.
El tema resulta muy alarmante, ya que en principio casi todos los papás acabamos comprando a nuestros pequeños una de esas piscinas que, a simple vista, no parecen suponer un peligro. Sin embargo, las cifras demuestran todo lo contrario y así lo pone de manifiesto el médico que ha dirigido el estudio, Dr. Gary Smith: “las piscinas portátiles son por lo general pequeñas, de bajo costo y fáciles de usar, los padres a menudo no piensan en los peligros potenciales que presentan”.
El facultativo de la institución norteamericana ha dejado muy claro que para que un niño se ahogue sólo son necesarios poquísimos centímetros de agua y un par de minutos, por lo que los padres debemos tomar consciencia de que las piscinas hinchables son tan peligrosas como las piscinas fijas.
Para el estudio, los científicos de Ohio decidieron estudiar todos los casos de muerte por ahogamiento, en piscinas portátiles e inflables, de niños menores de 12 años. Para ello se centraron en el periodo comprendido entre los años 2001 y 2009.
Casi todos los niños habían encontrado la muerte en el jardín o el patio de su propio hogar. La mayor parte se produjo durante un descuido brevísimo del adulto y otras cuando los pequeños encontraron la forma de superar los obstáculos colocados como barreras de seguridad.
Los investigadores aseguran que los resultados ponen de manifiesto que para garantizar la protección de los pequeños no basta con que los adultos supervisen la inmersión y por ello es imprescindible multiplicar las medidas preventivas; entre ellas, mantener a los chavales seguros dentro de la piscina, evitar que estén solos ni un segundo y poder responder rápidamente a un caso de emergencia.
Por si todo fuera poco, el personal del Centro de Investigaciones señala que han encontrado muchas deficiencias y dificultades de acceso a herramientas para aislar este tipo de piscinas, como es el caso de cubiertas de seguridad o escaleras portátiles.