Anteriormente, hablábamos de lo importante que es que los niños aprendan a controlar sus emociones (control emocional) y, también añadíamos que, para que eso ocurra, también es esencial que los padres hayan aprendido a hacerlo.
Una de las formas que se pueden encontrar es la técnica del semáforo, que recordamos que, a los niños les encantará, porque se lo tomarán como un juego. Pero, muchos ya se estarán preguntando, cómo se lleva a cabo la llamada técnica del semáforo.
Pues bien, un semáforo destaca por presentar sus tres colores: Rojo, Amarillo y Verde. Para llevar a cabo la técnica, lo que habrá es que asociar cada color con las emociones y la conducta. Se puede hacer un semáforo en grande en una cartulina, con los colores bien llamativos. El significado de los colores es fácil:
– Luz Roja (para cuando la situación se dispara), será una llamada de atención, que significará “ALTO”, vamos a respirar, a tranquilizarnos y a pensar las cosas antes de hacer algo que las empeore.
– Luz Amarilla (para cuando la situación ha parado la intensidad), significará “Piensa”, y será el momento de buscar, entre todos, soluciones y consecuencias.
– Luz Verde, le daremos el significado de “Adelante”, y será el momento de poner en práctica la solución que se ha buscado.
Por supuesto, la fase más complicada será la de la Luz Roja, si el niño, aprende a parar a la señal de “Alto”, ya habrá mucho camino andado. Esto no es algo que se va a conseguir, de la noche a la mañana, pero será posible hacerlo con paciencia y mucho cariño. Seguro que es cuestión de tiempo, que los niños aprendan a controlar las emociones.
Imagen: Gerry Thomasen