Se trata de algo muy frecuente en los bebés, incluso antes de nacer, dentro del vientre materno el bebé puede tener hipo, un hecho que nos da señales de que su evolución va bien y que le ayuda a mejorar su musculatura disminuyendo el porcentaje de posibilidades de que cuando nazca pueda sufrir problemas respiratorios.
De manera que el hipo en los bebés, no es más que algo que resulta incómodo para él y que no trae más consecuencias, aunque no obstante, si ese hipo es muy frecuente, tardando más de 15 minutos en irse y además vemos que en cada uno de esos “saltitos” que pega el pequeño producido por el hipo, el bebé da signos de dolor, entonces se recomienda consultar el tema con el médico.
El hipo se puede producir por varios motivos, como por ejemplo: cuando el niño come excesivamente deprisa, si traga aire, cuando la comida está muy caliente, cuando se le ofrece algún alimento que anteriormente no había probado y le cuesta digerirlo, o cuando come de forma inquieta sin dejar de moverse.
Algunas pautas para los padres que pueden mitigar el malestar de sus hijos producidos por el hipo, pueden ser: darle agua, cambiarle de postura, ser rigurosos con las horas de las comidas para evitar que coma con demasiada hambre y por tanto demasiado deprisa, comprobar la temperatura de su comida y ofrecérsela templada, darle de comer sentado y no tumbado, entretenerle mientras come para que no se agite tanto, no meterlo directamente en la cuna tras haber comido y dejarlo eructar antes. Y en el caso de los biberones, comprobar siempre que el agujero de la tetina es el adecuado, sea la edad que sea la del bebé, ya que si es excesivamente grande es muy probable que le entre aire.
El hipo de cualquier forma, tenderá a desaparecer transcurridos unos 10 minutos, por tanto, como ya decíamos, es algo molesto pero no preocupante.