Alrededor de los 2 y los 3 años, los niños pasarán una fase, en la que el “no” será su palabra favorita. Es su momento de negativismo, donde parece que no quieran nada. Ni tan siquiera se plantearán lo que se les está diciendo, y en cuanto se den cuenta de que se les está haciendo una pregunta, o que se les pide algo, casi por instinto dirán “no”.
Esto no deja de ser una etapa de más, del desarrollo del niño, se están autoafirmando, están dándose cuenta, de que ellos también tienen voz y voto en casa. Y, como cualquier fase, ésta, también terminará pasando, aunque a algunos les durará más tiempo que a otros.
Ante esta fase, simplemente hay que guardar la calma, sin perder los nervios, y estar tranquilos, cuanta menos importancia se le dé, y menos caso se haga al niño en esos momentos, más probable será que todo acabe antes. Esto no es siempre es fácil, ya que los niños son incansables, y es probable que terminen frustrando y agotando a los padres. Y es que, unido al “no” vendrán también otras conductas, como llantos y rabietas, todo, con tal de conseguir lo que quieren, y para desafiar a los padres y poder ver hasta dónde son capaces de llegar.
Pese a todo, es una etapa que los niños deben pasar, es importante para que su desarrollo, y les servirá para ir formando la personalidad que van a tener el día de mañana.
El primer truco para pasar esta fase del “no”, es ignorar esos momentos, intentar cambiar de tema o de actividad. Pero también, se les puede comenzar a dejar tomar decisiones, dándole no más de dos opciones que a los propios padres les parezcan adecuadas. Por lo demás, como decíamos, lo más importante es tener paciencia y ser conscientes, de que esta etapa pasará.
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