Es una técnica sencilla incluso en situación de emergencia, se realiza en quirófano y bajo anestesia, pero no está exenta de complicaciones: sangrado, rotura de la bolsa durante su realización, infecciones, aparición de contracciones antes de tiempo e incluso pérdidas fetales. Su efectividad es muy alta hasta la semana 34, y entre esta semana y la 37 es bastante menor.
En los últimos años se viene hablando del pesario cervical como alternativa al cerclaje. Lo cierto es que se habla intermitentemente de esta pesario desde la década de los cincuenta, momento en que se propuso, y se utilizó, por primera vez en el tratamiento del parto prematuro.
Concretamente, el modelo empleado es el Arabin. Este pesario consiste en una banda de silicona con una leve forma de embudo. Se coloca de tal manera que el cuello se aloja en su interior, impidiéndose la ulterior dilatación de éste. Parece ser que el pesario colocado realiza, por un lado, un efecto palanca, desplazando el eje cervical a posterior y desviando así las líneas de fuerza que actúan en la dilatación cervical.
Por otro lado, se establece una barrera física entre las membranas corioamnióticas y la flora cervical, al igual que el cerclaje cervical, implicando la estimulación uterina y con ello la aparición de las contracciones.
La colocación del pesario cervical, siendo una maniobra invasiva, lo es bastante menos que el cerclaje tradicional. Para colocarlo no es necesaria la anestesia y se puede poner en la misma consulta del ginecólogo. Así pues, podría sustituir al cerclaje como método de elección.
Imagen: blogspot
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